En Jugada de Gol, cada jueves en nuestra sección Entre-Tiempo, revivimos los momentos más sorprendentes de la historia del fútbol. Hoy viajamos a la temporada 2015-16 de la Premier League, cuando un equipo que un año antes peleaba el descenso terminó logrando una hazaña impensada.
La Premier League siempre ha sido dominada por los equipos más poderosos. Manchester United, Chelsea, Arsenal y Manchester City han acaparado los títulos gracias a sus inversiones millonarias. En 2015-16, nadie esperaba que un equipo modesto rompiera esa lógica.

El Leicester City venía de evitar el descenso de forma milagrosa en la temporada anterior. Durante meses estuvo último en la tabla, pero una racha final los salvó. Aun así, su técnico, Nigel Pearson, fue despedido.

Para reemplazarlo, llegó Claudio Ranieri. Su fichaje fue recibido con escepticismo, sobre todo porque venía de un fracaso con la selección de Grecia. Nadie imaginaba que lograría algo histórico con el Leicester.

El equipo no tenía grandes estrellas. Sus figuras eran futbolistas desconocidos o descartados de otros equipos: Mahrez, Kanté y Vardy. Ninguno parecía suficiente para pelear el título.
Desde el primer partido, el Leicester mostró que no era el mismo equipo que había peleado el descenso. Con un juego rápido y vertical, empezó a sumar victorias inesperadas. Jamie Vardy rompió récords de goles consecutivos, mientras Riyad Mahrez deslumbraba con su talento.
A medida que avanzaban las jornadas, el equipo seguía en la cima, pero muchos aún dudaban. Se pensaba que tarde o temprano caerían. Sin embargo, el 6 de febrero de 2016, el Leicester visitó al Manchester City y ganó 3-1 con una actuación brillante. Ese día, el mundo del fútbol entendió que esto iba en serio. Ya no era solo una racha de suerte.
En las últimas jornadas, el Leicester resistió la presión como un equipo grande. Cada victoria los acercaba al sueño, mientras los gigantes de la Premier fallaban en la carrera por alcanzarlos. El momento decisivo llegó el 2 de mayo de 2016, cuando el Tottenham empató 2-2 con el Chelsea. Con ese resultado, el Leicester se coronó campeón sin necesidad de jugar.
Las celebraciones fueron inolvidables. Jamie Vardy, junto a sus compañeros, vio el partido en su casa y estallaron en euforia cuando el pitazo final confirmó el título. El Leicester campeón dejó una huella imborrable. Pasó de ser un club modesto a jugar la Champions y competir con los grandes. Algunos jugadores, como Kanté y Mahrez, brillaron en otros equipos, pero la historia de ese equipo sigue existiendo. ¿Podrá repetirse algo así en el futuro?.

Eso es todo en Jueves de Entre-Tiempo de JugadaDeGoL. Nos vemos en la próxima historia que marcó el fútbol. ⚽🔥