En nuestra sección Entre-Tiempo tenemos la oportunidad de repetir momentos en la historia del fútbol. Hoy recordamos el Mundial de 2014, donde Alemania humilló a Brasil en semifinales. Un resultado que sorprendió al mundo y se convirtió en una de las derrotas más dolorosas para la anfitriona de esa copa.
Brasil llegó a esta semifinal con mucha ilusión porque jugaban en casa y querían ganar el Mundial. Pero tenían un problema grande, Neymar, su mejor jugador, se lesionó en el partido contra Colombia y no podía jugar. Además, su capitán Thiago Silva estaba suspendido, así que el equipo no estaba completo. Aun así, todos los brasileños creían que podían ganar.

Alemania, por su parte, venía jugando muy bien y tenía un equipo fuerte. En cuartos de final le ganaron a Francia y mostraron que eran muy organizados y difíciles de vencer. Tenían jugadores muy buenos como Müller, Kroos y Klose, y querían llegar a la final para ganar el cuarto Mundial.

Brasil arrancó el partido con toda la presión del mundo. Sin Neymar y con la gente esperando ganar, los primeros minutos fueron intensos, con los locales tratando de superar a la selección de Löw. Pero Alemania tenía otros planes. En solo 11 minutos, Müller abrió el marcador y, a partir de ahí, empezó lo histórico.

Entre el minuto 23 y el 29, los alemanes marcaron cuatro goles más. Klose, Kroos (doblete) y Khedira destrozaron el equipo de Brasil. La defensa de Brasil desapareció, el estadio estaba sorprendido y el equipo simplemente no podía reaccionar. Nunca antes había pasado esto en semifinal de un Mundial con un equipo anfitrión.
El segundo tiempo fue exactamente lo mismo. Brasil intentó reaccionar, pero Alemania no bajó el ritmo. Schürrle, que había entrado para la segunda parte, marcó dos goles más, llevando el marcador a un 7-0. La afición brasileña abandonaba el estadio.

Al final, Oscar logró marcar el gol del honor para Brasil, pero no sirvió de nada. El partido terminó 7-1 y quedó grabado como una de las mayores humillaciones en la historia de los Mundiales. Alemania avanzó a la final y Brasil quedó afectado para siempre por aquella noche.

Además de la goleada histórica, este partido tuvo otro momento especial: el gol de Miroslav Klose. Con su anotación en el minuto 23, el delantero alemán se convirtió en el máximo goleador en la historia de los Mundiales, superando a Ronaldo Nazário con 16 goles. Esto hizo que la noche fuera aún más dolorosa para los aficionados brasileños.

Luego de esta humillación, Alemania tomó este impulso y avanzó con autoridad a la final, donde se enfrentaría a Argentina en una final más para la historia… pero bueno, eso es para otra historia de Jueves de Entre-Tiempo.
Definitivamente ha sido la peor derrota y humillación de Brasil en toda su historia futbolistica